Primal: Humachine | Reiniciando La Máquina
(Icarus – 2024)
La vitalidad es una de las características que mas podría definir al proyecto actual de Alberto Zamarbide. Una definición mas aproximada podría ser la de “jugado”, ya que el tipo no solo se mantiene intacto, con ganas de más sino que apuesta a una nueva formación, un nuevo nombre, a animarse a cantar en inglés y por sobre todo a ir por asfaltos distintos a los que ya transitó con sus ex bandas. Me refiero claro, al bronce bien ganado tanto con V8 como con Logos. Zamarbide, en lugar de insistir con el pasado, desde hace unos años se animó con Primal, banda con la cual ya editó un primer larga duración en 2016. Pues bien, el proyecto Primal sigue de pie, y en el pasado 2024, salió editado este “Humachine”, su segundo disco.

Primero que nada, vayamos a algunos apuntes de importancia. Cambios en la formación: Sale Sandy K. Vazquez y entra Cesar Ceregatti en bajo, y sale Wagner Vincenzi, sin reemplazo, quedando Glenn Rogers como único violero de la banda. En forma de cuarteto, Primal nos trae este “Humachine” con 11 temas manteniendo la misma línea que en su antecesor, aferrado al Heavy Metal de corte tradicional pero coqueteando por momentos con el Thrash Metal de la bahía, como sucede en “Warrior´s Code” o en “Betrayal”. Todo mediatizado con las muy buenas melodías logradas por Zamarbide con su ya característico caudal de voz. “The Cage” abre el disco, resultando una especie de resumen y anticipo a lo que Primal ofrece en “Humachine”. Justamente, el tema que le da el titulo a este trabajo podría ser la conexión a lo lejos con Logos como sucede con “Unleash In Madness”. En cambio, “End Times”, elegido como corte de difusión del disco, tanto en su versión en inglés como en castellano, se mantienen en la línea del Metal tradicional con su marcha cabalgada e interesantes riffs. “Savior” y el interesante “Ever” (precedido de la introducción “Bantu´s Victory”) nos ofrece la faceta mas introspectiva de Primal, con climas mas bien relajados y con unos excelsos solos de guitarra, fruto de la guitarra de Glenn Rogers. “Fireflight” e “Infernal Nightmare” completan un disco que resulta “un paso más en la batalla” para Primal. Como nota distintiva, hay que reconocer que este segundo trabajo de Primal, mejoró sustancialmente en el audio y resultado final, teniendo en cuenta que según la ficha técnica, ambos trabajos fueron grabados en los mismos estudios (“D-Organization Studios”, Sherman, California). Quizá la mezcla al estar en otras manos, han mejorado resultados a nuestro modo de ver y escuchar. Los cambios en la formación no han afectado de manera significativa a la banda; Glenn Rogers sostiene muy bien su puesto ahora solitario en la guitarra, logrando momentos de esplendor. El histórico Jorge Iacobellis en la bateria cumple como siempre detrás de los parches y el trabajo del nuevo bajista, Cesar Ceregatti, complementa muy bien el sonido de la banda. Las letras, en inglés claro, muestran un mensaje muy actual y necesario para las épocas que corren.

Excelente el arte gráfico de “Humachine”, el cual guarda muuucha similitud con el “Humanoid” de Accept (tengan en cuenta que el disco de Accept fue posterior al de Primal. Las conclusiones las dejó a su criterio). Más allá de dicha cuestión, en lo personal es como ver al niño “computarizado” del viejo y querido “Generación Mutante” de Logos, hoy crecido y en medio de una guerra nuclear, con conexiones evidentes a la querida y nunca bien ponderada IA. En cierta manera, y trazando un paralelismo musical, claramente el Zamarbide de aquella época no es el mismo del actual. Evolucionó, sin perder la esencia, eso está claro. Decidió apostar fuerte, no quedarse con los laureles que supo conseguir y e ir hacia adelante. “Humachine” es parte de ello y merece la oportunidad de ser oído.
Este trabajo tiene la particularidad de poder hallarse tanto en CD como en Vinilo, lo cual ya de por sí es una muy buena noticia. Para conseguirlo, pueden probar en https://www.icarusmusicstore.com o https://www.nolifetilmetal.com
