Entrevista Con Naldo Brizuela |
“Si el Metal No Te Transforma En Alguien Más Consciente, Más Coherente y Más Humano, Se Queda En Pose Nomás”

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Hace poco tiempo, nos decidimos a abrir este espacio para mantener notas y entrevistas con personas que, sin ser músicos, contribuyen con lo suyo a la escena del Metal, que para nosotros no es solamente música, como nos gusta siempre recalcar. Por eso es que nos pareció muy importante escuchar y conocer a personas, como en el caso de Naldo Brizuela, cuyo aporte al movimiento ha sido, y es, muy importante.
Dicen que los gustos hay que darselos en la vida, y a decir verdad, esto no es solamente gusto. Es un honor. Tener una charla con nuestro amigo Naldo Brizuela siempre es constructivo, positivo y te deja esa sensación de estar hablando con alguien que tiene los pies en la tierra, con un pensamiento claro, y que tanto ha hecho por el Metal. Es un tipo modesto claro, pero la realidad es que para nosotros, Naldo es un verdadero guerrero que no teme en ir siempre al frente, y de frente.
Cultor de la escena under en la Provincia de Santa Fe, desde su viejo programa de radio, y editor del conocido fanzine “Santa Fe White Metal”, Naldo Brizuela sigue esta historia ahora desde su proyecto “Metal y Legado” junto a otros dos guerreros como Marcelo y Joel.
Por supuesto, el espacio no siempre es el mejor aliado para este tipo de charla, pero en resumen, esto es todo lo que pudimos charlar con Naldo, un tipo batallador como pocos, y sobretodo, un Heavy de ley!!!!

¿Cómo llegó el Heavy Metal a tu vida y qué significa para vos ser Heavy hoy en día?

“Que tal Gustavo, bendiciones, antes que nada quiero darte las gracias por este espacio, en tu importante plataforma. El Heavy Metal llegó a mi vida temprano, y casi de casualidad. Tendría unos 12 años cuando unos amigos del barrio (mayores que yo) me propusieron un trueque extraño: ellos se llevaban mis historietas, de Editorial Columba, y yo me quedaba con unos casetes de Iron Maiden, Judas Priest y AC/DC, como garantía de devolución; así que aprovechaba para escucharlos. Antes de eso ya había visto a KISS en la tele en blanco y negro, siendo muy chico, y esa estética me había impactado mucho. Pero esos casetes fueron el punto de no retorno.
También, podría decirse que, el Heavy Metal llegó a mi vida como le llegó a muchos: primero como música, después como identidad y, con el tiempo, como lenguaje. No fue un consumo pasajero. Me atravesó en una etapa donde uno busca pertenencia, sentido y expresión.
Hoy, ser Heavy no tiene tanto que ver solamente con una estética ni con demostrar nada, sino con una forma de pararse frente a la vida: honestidad brutal, rechazo a la hipocresía y respeto por el camino recorrido. Si el Metal no te transforma en alguien más consciente, más coherente y más humano, se queda en pose nomas.”

¿Cómo conjugás tu rol de pastor con el hecho de ser Heavy? Para muchos puede ser contradictorio…

“Soy pastor desde los 26 años (hoy tengo 52), y metalero de toda la vida. Yo no me considero “pastor metalero” como me han dicho algunas veces. Esa etiqueta nunca me cerró. Si tengo que definirme, soy más bien un metalero con vocación pastoral.
Del metal aprendí a pensar por mi cuenta, a no tragarme los relatos de otros, a tener convicciones, a mirar lo roto sin disfrazarlo. Y la fe en Cristo, lejos de venir a borrar eso, lo ordenó y lo encausó.
La supuesta contradicción la ve generalmente quien no entiende alguna de las dos cosas: ni lo que significa el Metal en su profundidad, ni lo que significa Cristo más allá del estereotipo religioso.
Para mí no hay choque. Hay tensión, sí, pero no contradicción. Y esa tensión es fructífera: te obliga a ser auténtico, a no jugar al cristiano perfecto ni al metalero rudo por apariencia nomas.
Todo eso lo fui aprendiendo con los años. Estoy en proceso, sigo creciendo y sigo necesitando que Dios trabaje en mis áreas ciegas. Pero no reniego de mi camino, ni de mi identidad cultural. Son parte de mi historia y también del mensaje que hoy puedo dar.
Soy pastor, sí, pero antes soy persona, y el Metal forma parte de mi historia, de mi manera de ver el mundo y de dialogar con otros. No necesito “disfrazar” mi fe para ser aceptado en la escena, ni suavizar el metal para hacerlo digerible en la iglesia. Si algo aprendí en estos años es que Jesús nunca le pidió a nadie que dejara de ser quien es para seguirlo, sino que fuera transformado desde adentro. Lo otro es marketing religioso o prejuicio cultural.”

Hiciste radio y editaste el fanzine “Santa Fe White Metal”. ¿Cómo surgió la idea, las repercusiones y qué pasó finalmente?

“El Extremo Opuesto y el Santa Fe White Metal Fanzine nacieron por una razón muy simple: no había demasiados espacios especializados, creo que su momento fue necesario que la propuesta fuera así. Eran pocos los que difundían White Metal seriamente y eran mucho menos en el interior del país.
La radio surgió primero, con el programa “El Extremo Opuesto” en 2003. Fue una experiencia formativa: abrir micrófono, darle espacio a bandas de Metal Cristiano, pasar su música desconocida, intentar generar una comunidad.
Después vino el fanzine Santa Fe White Metal, en 2004. Este surgió casi como una extensión natural de la radio: pasar del aire al papel, dejar registro, construir memoria. La idea era simple y ambiciosa a la vez: documentar, difundir y darle identidad al metal pesado con valores espirituales, y también a la escena under de Santa Fe que, si bien siempre fue relevante, mal no le venia un poco mas de cobertura.
Las repercusiones fueron mayores de lo esperado, Creció más de lo que imaginé. Publicamos 15 números hasta 2019. Hubo muy buenas repercusiones, colaboraciones, entrevistas internacionales, material histórico; sirvió para conectar bandas, sellos, oyentes y escenas de distintos lugares. Al principio arrancamos con toda la furia, y el fanzine salia cada 2 meses, pero al llegar al nro 10, creo que en 2008, pasaron algunas cosas que me obligaron a hacer un parate de algunos años y a reformular mi continuidad en todo esto; sin embargo en 2015 volvimos con un formato renovado, y ahí le dimos para adelante hasta 2019.
Aprendi que, en mi caso, con el tiempo, los ciclos se cumplen, Y el fanzine terminó cuando tenía que terminar: porque la vida cambia, los tiempos se ajustan, cambian los formatos, cambian las dinámicas y también uno cambia; y también porque lo que alimenta un proyecto no siempre es eterno. Pero su legado quedó, creo que es una etapa que cumplió su función y dejó huella.”

También organizaste fechas en Santa Fe. Para el que no conoce, ¿cómo es la escena metalera allá?

“La escena metalera de Santa Fe siempre tuvo una particularidad: no es masiva, pero sí es intensa, fiel y muy trabajadora. Acá nada se consigue fácil. Cada fecha es un acto de resistencia cultural, un luchar contra el mundo.
Por mi parte tuve el honor de ser participe de un movimiento muy fuerte, donde llegaron muchas bandas cristianas de Heavy Metal que en Santa Fe prácticamente nadie conocía. Y la repercusión era buenisima: la gente las recibió con apertura, curiosidad y respeto. Esas visitas fueron importantes porque ampliaron el panorama local y mostraron que el Metal podía tener otros enfoques (espirituales mas que nada) sin perder poder, garra, ni identidad. Además, por gracia de Dios, pude ser parte de la organización de muchos otros eventos en los que vinieron bandas de peso dentro del ambiente metalero, junto con organizadores que son referentes históricos de la ciudad. Fue una linda etapa para generar vínculos, abrir puertas y apoyar a los grandes exponentes locales de Metal Cristiano que se abrían paso en la escena por ese entonces: DOBLE FILO, HEBRON, GUARNICION, LA FORTALEZA, por nombrar a los pioneros; mas tarde llegarían mas guerreros a las filas.
Supe hacer unos encuentros un tanto experimentales también, que les llamábamos encuentros de “Tribus Urbanas” en 2008 y 2009 con gente invitados copados como: Adrián Cenci (ex Logos/V8), Mario Ian (ex Alacrán, Rata Blanca), Vaky Ramírez (hoy un referente del Hardcore en Bs As), Fernando Gallegos de Despreciados y Desechados, de Chile. Todo eso consolidó vínculos y abrió cabeza a un montón de pibes.
Respecto a La escena metalera de Santa Fe, como te decía, es tenaz y resistidora como pocas. Siempre tuvo gente con talento, comprometida y luchadora a la hora de batallar contra la falta de espacios, de sonido, de recursos y de difusión. Una mención especial para mi amigo “PANKY”, un guerrero incansable de estas sufridas y húmedas tierras santafesinas.
Es una escena con un fuerte sentido de camaradería entre quienes realmente sostienen la movida, más allá de estilos o etiquetas. En Santa Fe el Metal se vive más como pertenencia que como moda, y quiéranlo o no, Santa Fe es una escena que exige trabajo y fe (en el Metal, en la gente y en el proyecto) porque si no, no se sostiene.
Hoy la escena sigue siendo desafiante —como en casi todo el país—, pero la esencia se mantiene: músicos comprometidos, público fiel y un under que, aunque golpeado, sigue vivo gracias a la perseverancia de mucha gente que no afloja. Mención especial a los medios radiales que siempre mantienen vivo el espíritu metálico de esta escena; especialmente el ya mencionado Panky, y mi gran amigo Jose Zeballos, creador del programa “EL TEMPLO DEL METAL”.

Ahora volvés con “Metal y Legado”. ¿Cómo surgió la idea y cuál es el objetivo?

“Metal y Legado surgió como una idea que encontró eco en mis dos amigos y compañeros de batalla: Marcelo y Joel, con quienes llevamos delante el proyecto. Coincidimos los tres que “Metal y Legado” surge de una necesidad: frenar un poco la vorágine y mirar hacia atrás con respeto. No para vivir de la nostalgia, sino para entender de dónde venimos; conectar pasado, presente y futuro.
No es un programa para “hacer ruido”: es un espacio para pensar el Metal como cultura, historia, identidad y mensaje. El objetivo es simple y a la vez ambicioso: rescatar historias, discos, fanzines, contextos y personas que construyeron lo que hoy muchos dan por hecho.
Yo no me considero dueño de ninguna verdad; estoy en un proceso de aprendizaje permanente y este podcast también es parte de eso.
Algo que debo dejar aclarado de “METAL Y LEGADO” es que, es un proyecto que demanda muchísimo tiempo, preparación, análisis, investigación… y hoy no cuento con todo el tiempo que quisiera.
Por eso, al menos por ahora, es un proyecto temporal, una temporada planificada en la que daremos lo mejor que podamos. Después veremos cómo seguimos según la respuesta de la gente y, sobre todo, las directivas de Dios. No quiero hacer por hacer. Quiero hacer lo que corresponde.”

Sos de la vieja escuela y reivindicás lo físico. ¿Qué opinión tenés sobre estos tiempos digitales?

“No estoy en guerra con lo digital, pero tampoco lo idealizo. La tecnología es una herramienta, no un reemplazo de la experiencia. El problema no es el streaming o Spotify, es la lógica del descarte constante. Antes un disco se escuchaba cien veces, hoy se consume y se olvida. Reivindicar lo físico no es ser retrógrado; es defender la profundidad frente a la ansiedad del clic. El metal siempre necesitó tiempo, paciencia y compromiso. Sin eso, se vuelve ruido de fondo.
Repito, no soy anti-digital. Lo uso y lo valoro. Pero lo físico tiene peso: guarda memoria, construye identidad y deja un legado material, tangible, que atraviesa generaciones. Por eso insisto en recordarlo.”

¿Cuál es tu opinión sobre la escena actual del Metal Argentino y del White Metal en particular?

“Mi opinión personal (y solo eso) es que la escena argentina sigue siendo muy creativa, diversa y fuerte, y eso que por momentos parece un poco fragmentada. Es indiscutible el legado histórico a nivel global que tiene, con músicos de trayectoria que siguen dejando la vara alta. Somos privilegiados de haber nacido en el país que mas leyendas (hablando de Metal claro) ha dado en Latinoamérica, y que, a pesar de los golpes constantes (económicos, culturales, estructurales) sigue produciendo músicos impresionantes, propuestas sólidas y bandas que no le envidian nada a ningún país. El problema casi nunca es artístico: es estructural. Faltan espacios, falta inversión, falta continuidad, y también falta que el público entienda que sin apoyo real no hay escena que sobreviva.
En cuanto al White Metal, veo cosas buenas y otras que me preocupan; mi opinión es un poco crítica, pero porque lo veo desde adentro y va con cariño: Creo que la escena del Metal Cristiano en Argentina todavía está en un estado muy básico. Y no porque falten bandas ni porque falte talento. Todo lo contrario: hay gente muy capaz, hay bandas muy comprometidas, algunas históricas, y con convicción. Pero, a pesar del tiempo que ha pasado, veo que el problema, para mí, es la falta de integración real a la escena metalera en general.
Mientras el White Metal siga esperando apoyo del mainstream cristiano, o de la industria musical cristiana, o de las iglesias y ministerios… va a seguir chocando contra un mismo muro.
Porque, aunque con los años se superaron algunos prejuicios y se derribaron ciertas estructuras, todavía no existe un espacio sólido, sostenido y genuino de apoyo para las bandas de Metal cristiano.
No se si es mala voluntad, probablemente no, quizás es desconocimiento, prioridades distintas y, muchas veces, incomodidad frente a un género que no encaja con lo que esas instituciones entienden por “ministerio musical”.
Por eso, en mi opinión, el White Metal tiene que dejar de buscar validación en lugares donde nunca la va a encontrar completamente y ganarse su espacio en la escena metalera de verdad, tocando donde corresponde, compartiendo escenario con quien corresponde y compitiendo musicalmente, no religiosamente.
El que crea, que viva su fe. El que no, que toque. Pero que la calidad, la actitud y la coherencia hablen por sí mismas. Esa (creo yo) es la única forma de que el White Metal avance, madure y finalmente deje de ser una “subcategoría religiosa” para ser una voz legítima dentro del Metal argentino. El desafío es no perder identidad ni mensaje por querer encajar. No olvidemos que el Metal, incluso el White Metal, no nació para ser cómodo.”

Muchos piensan que el Heavy Metal y la fe en Cristo se contraponen. ¿Qué dirías?

“Se contraponen cuando se los entiende superficialmente. Si uno cree que Cristo es solo moralismo y que el Metal es solo oscuridad, claro, ahí hay choque. Pero si uno va al fondo, encuentra que Cristo no le teme a la verdad, ni al dolor, ni a la injusticia, ni a la protesta, ni a la identidad rota. Y el Metal tampoco. Ambos exponen lo que muchos prefieren callar. Ambos trabajan sobre heridas reales. Y ambos, a su modo, cuestionan sistemas que oprimen.
Para mí, la fe ordena lo que el Metal despertó. No lo mata: lo potencia. Pero eso lleva tiempo, humildad y un proceso honesto. No tengo todas las respuestas; estoy aprendiendo. Y no dejo de valorar a quienes caminaron antes, ni a quienes hoy siguen aportando al género.
Yo diría que los que piensan que el Heavy Metal y la fe en Cristo se contraponen, confunden fe con cultura religiosa. El problema no es el Metal, es el miedo a lo que no se controla.
La fe cristiana no se debilita por una guitarra mas o menos distorsionada; se debilita por la incoherencia, el autoritarismo y la falta de verdad. El Metal puede ser un espacio tan legítimo como cualquier otro para hablar de sentido, dolor, redención y esperanza, si se lo aborda con honestidad.”

Reflexión final….

“No me considero un referente acabado. Estoy en camino, aprendiendo, corrigiendo y escuchando. Valoro profundamente el legado de quienes nos precedieron y el trabajo de quienes hoy siguen sosteniendo la escena, muchas veces en silencio. Pero, creo que lo que más necesitamos, tanto en la música como en la vida, es autenticidad. No caretearla, no querer vender una imagen, no vivir para quedar bien con la opinión ajena. Debemos Ser conscientes de quiénes somos, de dónde venimos, qué heridas cargamos y qué legado recibimos.
Intentemos, cada dia, es ser fieles a lo que creemos, sin negar nuestros procesos ni querer vender verdades absolutas. Valoremos a quienes marcaron camino antes que nosotros, y también a quienes hoy siguen remandola.
Aprendí, con el tiempo, que nadie construye solo. Y si hoy tengo algo que decir, es porque otros sembraron antes.
El Metal me enseñó a no mentirme, y la fe a no resignarme. Ese equilibrio ( tal vez imperfecto pero honesto) es el lugar desde donde sigo caminando. Sigo en proceso. Sigo aprendiendo. Sigo escuchando. Y mientras pueda aportar algo bueno al Metal, a la fe y a la gente, lo voy a hacer.”

Es cierto, tanto el programa de radio “El Extremo Opuesto” como el fanzine “Santa Fe White Metal” son ya historia y pertenece a los recuerdos de quienes los hemos podido disfrutar. Sin embargo, Naldo Brizuela sigue dando batalla. Ahora junto a Marcelo y Joel a través del Podcast “Metal y Legado”, cuyas emisiones en vivo son los días Lunes a partir de las 21 horas de Argentina, cada dos semanas. Algo sin desperdicio sin duda. Les dejamos los datos aquí abajo para que puedan engancharse con esta propuesta que nos lleva por lo que es el Metal en profundidad, y que nos enseña que el Heavy Metal no es solamente música (como algunos fomentan), sino que es movimiento de resistencia y lucha!!!!

Metal y Legado Podcast – Martes (cada dos semanas) 00:00 hs UTC (Lunes 21:00 hs Argentina) – https://www.youtube.com/@MetalyLegadoPodcast o https://caballosdemetal.com.ar/

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